Proteínas. Sus funciones para la salud

Las proteínas son fundamentalmente elementos plásticos, es decir, de construcción, vitales, por lo tanto, para la restauración y el crecimiento del organismo –no en vano se les ha catalogado de bloques de construcción de la vida- , y, sin embargo, también desarrollan funciones energéticas y reguladoras. En este último caso es importantísimo el papel que tienen como elementos mantenedores del equilibrio químico de los fluidos del cerebro, de la médula espinal y de los intestinos.

Funciones de las proteínas
Las proteínas cumplen diversas funciones en nuestro organismo, entre las que destacamos:

Estructural: forman tejidos, por ejemplo, los músculos, también son parte del tejido conjuntivo y cartilaginoso. Dan solidez, fuerza, elasticidad, protección.
- Las proteínas constituyen el revestimiento exterior de los organismos animales vivos (piel, cuero, cabellos, etc.).

- Forman, la materia contráctil de los músculos y transforman la energía química en trabajo. No existe materia viva sin proteínas.

Enzimática: las enzimas son biocatalizadores que resultan imprescindibles para que las reacciones bioquímicas tengan lugar. Sin enzimas no sería posible la vida..

Transporte: llevan moléculas de unos lugares a otros unidas a sus estructuras, por ej., la hemoglobina.

Inmunológicas, Hormonales, Homeostáticas
- Son susceptibles de adquirir funciones específicas, ya por si mismas (hormonas, anticuerpos, etc.), ya fijando grupos proteicos (hemoglobinas, citocromo, nucleoproteínas, etc.).

Contracción: la actina y miosina intervienen en la contracción muscular, y se permite el movimiento

Energética, aunque las proteínas pueden ser empleadas como fuente de energía, no es esta la vía más adecuada para ello y de hecho su utilización supone la pérdida o insuficiencia de otras funciones vitales y genera unos residuos perjudiciales para el organismo. Para obtener energía es mejor que el cuerpo use lípidos y glúcidos.

Además de esto las proteías al fijar ciertos compuestos fosforados crean polos aniónicos fijados sobre las grandes moléculas, dispositivos que posen el poder de seleccionar los iones K+ y Na+ (potasio y sodio), siendo, pues, responsables, en parte, de los fenómenos de retención celular del K.

Las proteínas aseguran, además, al retener el agua, la presión osmótica que permite la hidratación constante de las células.

La molécula proteica puede, pues, considerarse como una materia plástica elemental sobre la que se estructuran casi todas las funciones celulares.

Los aminoácidos, que son muy numerosos en una sola molécula de proteínas (hasta 500 unidades), pueden unirse entre si, formando dipéptidos, tripéptidos, polipéptidos (como la insulina y el glucagón) y holoproteínas (fibrinógeno, albúmina, globulina) etc.

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