Caspa. Tratamientos y consejos

CON LOS CUIDADOS ADECUADOS, ESTE TRASTORNO CAPILAR SE PUEDE CONTROLAR

Vivir en un mundo dominado por la imagen y las apariencias es tremendamente difícil, al igual que valorarse tal y como uno es cuando se está envuelto en una vorágine de anuncios publicitarios en los que la belleza ideal es la delgadez, una cara bonita y un pelo brillante y sedoso. La caspa es uno de los trastornos capilares que más contrastan con estos canones de belleza. No obstante, con los cuidados adecuados, se puede controlar.

¿Qué es la caspa?

La caspa es una descamación anormal y excesiva del cuero cabelludo. Nuestra piel está en un continuo proceso de renovación en el que nuevas células ocupan el lugar de otras que ya han muerto. Por alguna razón que aún se desconoce, las nuevas células del cuero cabelludo afloran antes de lo previsto, con un desorden total y con tal velocidad que ni siquiera les queda tiempo para impregnarse de la queratina que las ha de proteger. El resultado son pequeñas escamas blanquecinas que nacen en la raíz del pelo, que al desprenderse quedan atrapadas entre ellos y que suelen ir acompañadas de picor.

La caspa aparece en escena especialmente durante la pubertad, aprovechando los cambios hormonales que se producen en esta etapa, y alcanza su punto máximo entre los 30 y los 40 años de edad. En su aparición no influye necesariamente el estado de ánimo, pero lo cierto es que cuando la caspa ya se ha acomodado en la cabeza el estrés agrava el problema.

Hay dos tipos de caspa: seca y grasa. La primera es la más frecuente y se caracteriza por escamas blanquecinas, secas y finas, que se desprenden fácilmente por sí solas o al rascarse y que no suelen acompañarse de picor ni de inflamación. Suele darse en cabellos secos, ásperos y sin brillo.

Cuando se trata de caspa grasa las escamas son más espesas, amarillentas, aceitosas y pegajosas; de hecho, se adhieren más al cabello y al cuero cabelludo, que en su presencia se humedece y enrojece. Prefiere los cabellos grasos y es más lenta y difícil de curar hasta el punto de que puede conducir a una seborrea crónica y a la caída de gran parte del pelo. Se localiza sobre todo en la frente y en la nuca, áreas seborreicas por excelencia y se acompaña de inflamación y, a veces, de un picor de intensidad moderada o alta.

¿Cómo se trata?

La caspa no se resuelve definitivamente, pero se puede controlar mediante el tratamiento adecuado con champús anti-caspa que, a diferencia de lo que puede creerse, no son agresivos ni estropean el pelo. Todo lo contrario, dejan el cabello suave y brillante, los hay que pueden llegar a utilizarse a diario y los resultados son excelentes si se aplican convenientemente. En la farmacia se pueden adquirir distintos champús anti-caspa sobre los que el farmacéutico puede aconsejar en cada caso: los antifúngicos impiden que los microorganismos se multipliquen, los antiprurito alivian el picor y el enrojecimiento, los citostáticos regulan el ciclo de renovación celular del cuero cabelludo, los antiseborreicos normalizan la secreción de las glándulas sebáceas y los queratolíticos eliminan la acumulación de escamas.

EN PIE DE GUERRA CONTRA LA CASPA

1. Lávese el pelo con un champú específico con frecuencia. No utilice siempre el mismo, sino que cada cierto tiempo cámbielo por otro que contenga un principio activo diferente. Además, si acostumbra a lavarse el pelo cada día lo mejor es que alterne el champú específico anti-caspa con otro de uso diario.

2. Ponga especial esmero en la frente, la parte superior de la cabeza y alrededor de las orejas. Son las zonas en las que las descamaciones son más habituales.

3. Aproveche la aplicación del champú para masajear suavemente el cuero cabelludo con las yemas de los dedos, nunca con las uñas ni con material punzante, como cepillos de púas. De este modo ayuda a despegar la caspa sin lesionar el cuero cabelludo.

4. Deje actuar al champú durante cinco minutos como mínimo, antes de aclararse.

5. Lávese y aclare el cabello con agua tibia. Debe asegurarse de que una vez aclarado no queda ni rastro de champú, pues de ser así el cuero cabelludo sufriría irritaciones o picores.

6. Séquese el pelo con una toalla y déjalo levemente mojado. Si necesita secarlo del todo, utilice un secador de mano. El aire ha de ser templado y el secador ha de colocarse a cierta distancia del cabello para evitar que el exceso de calor irrite y deshidrate el cuero cabelludo.

7. Si tiene el pelo húmedo no lo recoja ni se acueste hasta que no esté seco.

8. Si tiene la costumbre de pasarse la mano constantemente por el cabello, deje de hacerlo.

9. No abuse de tintes ni de permanentes y no se eche colonia o perfume en el cabello; el alcohol que contienen reseca el cuero cabelludo.

10. No comparta cascos o gorros con otras personas y lávelos frecuentemente.

11. Una dieta rica en grasas, hidratos de carbono, alcohol y otros excitantes pueden agravar el problema.

12. No abandone el tratamiento de repente. Lo más sensato es ir poniendo cada vez más distancia entre aplicación y aplicación hasta que el tratamiento llegue a su fin.

FUENTE: Colegio de Farmacéuticos de Barcelona.

Comentarios

LA VERDAD ES QUE ESTOY DESESPERADA VEO QUE NADA ME HACE EFECTO, CREMAS Y CHAPUS, HASTA ESTEROIDES Y NADA. TENGO ESCACIONES HASTA EN LA CARA, MIS MEJILLAS ESTAN ROJAS SIEMPO PICOR INTENSO. NO ME AUTOMEDICO SINO QUE VOY AL MEDICO PERO SIENTO QUE LOS TRATAMIENTOS NO HACEN EFECTO. LO ULTIMO QUE ME INDICO EL MEDICO FUE 200MG. DE KETOCONAZOL DIARIOS POR AL MENOS 6 MESES. ANECESITO MAS AYUDA POR FAVOR. GRACIAS

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